TUS NOTICIAS INTERESANTES: ENCUENTRA SU ANILLO DE BODA EN UNA ZANAHORIA

ENCUENTRA SU ANILLO DE BODA EN UNA ZANAHORIA

SE LE CAYO MIENTRAS ARABA LA TIERRA... Y EL ANILLO SE BUSCO OTRO INQUILINO

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A veces se pierden objetos queridos que parecen irrecuperables y, el día menos pensado y casi como por arte de magia, aparecen. Esto es lo que le ha pasado a Cati, una vecina de Santa Marina de Torre (Leon, España), que hace seis años perdió la alianza de boda en su huerta, cuando recogía las cebollas. En aquel momento buscó y rebuscó el anillo entre los surcos de la tierra, pero sin resultado alguno. Lo dio por perdido.

La sorpresa llegó el pasado domingo cuando, a última hora de la tarde, Cati volvió a la huerta a coger unas zanahorias para uno de sus hijos. Una de ellas, además de su reconocida riqueza en vitamina A y carotenos, traía algo más, su anillo. Al principio, pensó que estaba picada, pero al limpiarla un poco se dio cuenta que la curiosa zanahoria había crecido dentro del anillo, haciendo que se estrechase en su parte central (lo puedes ver en la foto). Además, ese huerto había sido arado y plantado año tras año. Su marido, hijos y nietos, que estaban en el patio, pensaban que le había pasado algo al oír sus gritos, lloros y carcajadas de alegría. No se lo podía creer, había recuperado su alianza.

Algo curioso e inusual, por lo que ahora Cati se plantea si ha sido una casualidad o realmente surtió efecto la oración a San Antonio, a quien se le invoca, además de para encontrar novio, para recuperar objetos perdidos. Y es que, ante el disgusto que tenía por haber perdido la alianza, otra mujer del pueblo, Rosa, le dedicó la oración a San Antonio que, según la tradición, para que sea efectiva hay que rezarla de memoria y no equivocarse al recitarla. «Tranquila Cati, que el anillo aparece, que le he hecho la oración a San Antonio y me ha salido bien», le dijo Rosa. Pero seis años después ya no tenía ninguna esperanza de recuperarla y, mucho menos, con una zanahoria dentro.

Esta es la historia de una zanahoria que encontró un anillo y se lo devolvió a su dueña. Lástima que para esta hortaliza no haya indulto y acabe, como el resto, convertida en acompañamiento de una ensalada.